¿UNA CHICA 10?
La imagen que exhibe es ésa, de chica 10. Buena alumna, no se lleva ninguna materia. Es puntualísima, es autoexigente, es re-ordenada (como dice), estudia teatro, trabaja en televisión, es una excelente jineta, gana muy buen dinero, conoce el aplauso y la fama. Y el 31 de octubre recién cumplirá los 16. Hay algo que no cierra en esto, y las madres lo sabemos muy bien. Una parte de esta disciplina estricta puede tener su explicación por el lado de su ascendencia germana. Pero hay algunos resortes que desactivar en este aparente mecanismo de relojería. Es el viejo debate de si son buenas o no estas precocidades. Si es positivo saltear etapas. Que una adolescente tan exitosa confiese que vive en una burbuja total, es algo preocupante. Porque si ahora no llora, y no duda, y no protesta, y no se equivoca, y no se ríe a carcajadas, y no se contradice, y no se estremece por nada de lo que pasa a su alrededor, ¿cuándo disfrutará de esa bienhechora adolescencia que permite ­gracias a Dios­ llegar a ser una mujer?

 

Hace 4 años tenía 11. Era, de lejos, la modelo más joven del país. Hoy que tiene 15, retiene ­solitaria­ el mismo récord. Su carrera es ascendente. Fue contratada en exclusividad ­y por primera vez en su vida­ para ser la imagen de una marca de ropa rosarina, Sólido: el puntapié inicial de las Valeria Mazza y las Carolina Pelleritti para saltar a la fama grande. Su nombre completo es Nicole Unter Ruberbacher (por el padre) Neumann (por la madre). De religión protestante, mide 1.72 ­sigue creciendo­ y pesa 51 kilos. Si uno le pregunta por sus complejos, dirá: "Cuando era más chica, me sentía una jirafa. Ahora, mi complejo son las lolas". Confía en que, con los años, le van a crecer. Si no, a los 20 se opera, aunque la aterra la idea. Aparenta ser una chica 10 en todo. ¿Lo es?


­¿Por qué creés que las lolitas no han tenido, en general, éxito en nuestro país?
­No sé... no sé. Nunca me lo pregunté. Conmigo hicieron un bardo. Pero es verdad, es el único caso. A mí no me importa si las demás tienen éxito o no. A mí, por suerte, me fue muy bien, y trato de hacer lo mejor. No me pongo a analizar esas cosas.
­Podría ser que en nuestro país ratonean más las mujeres más hechas, ¿qué te parece a vos?
­A mí me da lo mismo si se ratonean conmigo o no. Yo hago mi trabajo porque me gusta, nada más. Sé que ser modelo es lo mío. Me quiero ir a Europa, Nueva York y todo.
­Seguir los pasos de Valeria Mazza, por ejemplo. ¿Te gustaría una carrera así?
­Sí. Tuve propuestas para ir a trabajar dos meses al Japón, pero no pude por el colegio. Valeria hizo una carrera muy prolija. Pero a mí, personalmente, me gustan más Mariana Arias y la americana Christie Turlington. Es una diosa la mina ésta.
­Justamente, la Turlington fue bajada del Olimpo porque la tendencia es contratar modelos menores de 25 años. ¿Qué te hace pensar este dato?
­Lo leí, sí. Pero eso lo manejan las empresas. A mí me da lo mismo que las bajen o no a las de 25 años. Ni me molesta ni me beneficia.
­¿No te hace pensar, tampoco?
­No. Una vez me apodaron Lolita, y nunca me molestó porque en Chile a las adolescentes les dicen lolitas.
­Pero el apodo viene por el personaje de Vladimir Nabokov.
­Sí, al libro lo estoy leyendo recién ahora. Voy por la mitad. Me lo regaló un amigo, pero no tengo mucho tiempo para leer. De cualquier manera, ya no me dicen más lolita.
­¿Por qué? ¿Ya sos vieja?
­No, vieja, no. Pasó de moda decir lolita.

A los 4 años hizo la primera foto de publicidad para unas muñecas y una marca de autos. No paró hasta ahora.
" Una amiga de mi mamá llevó mis fotos a una agencia y me eligieron. Después lo seguí haciendo. A mí me encantaba, y los productores empezaron a decirme si quería ser modelo. A la segunda vez que me lo propusieron, le dije a mi mamá: "Quiero ser modelo".

"A mí me da lo mismo si se ratonean conmigo o no. Yo hago mi trabajo porque me gusta nada más."

­¿Y tu mamá qué dijo?
­Primero no quería. "Esperá un año o dos", me decía. Pero yo quería ser modelo ya. Y entonces fui a lo de (Pancho) Dotto. Estuve dos años y medio con Dotto. Ahora ya me independicé porque todo el tiempo me buscan, y tengo trabajo como para manejarme sola. Alicia Rodríguez es la que arregla mis contratos.
­¿Por qué creés que tu mamá quería que esperaras?
­Y... a lo mejor creía que como no había modelos chicas, yo no iba a enganchar.
­¿No por miedo a que dejes los estudios?
­No, eso no. Porque sabe que soy re-responsable, y sé lo que es bueno y lo que me conviene. O sea, jamás se me ocurrió ni se me va a ocurrir dejar el colegio. Y tampoco no estudiar nada. Sé que esta carrera se termina cada vez más temprano, y es como que me quedaría en b... ¿me entendés?
­¿Y cómo pensás que vas a hacer para viajar, trabajar, ir a la facultad?
­Me voy a acomodar como acomodo ahora el colegio, la equitación, mi trabajo de modelo y las clases de teatro. Insisto: soy re-ordenada. En mi cuarto, por ejemplo, no soporto no saber dónde está cada cosa. Además, soy muy autoexigente. Más que mi mamá.
­¿Tenés algún defecto, Nicole?
­Bueno... soy muy posesiva. Y muy celosa también. Y a veces también soy insegura. Me gusta siempre tener a mis amigos alrededor, consultar todo. Ir con mi novio cuando tengo que comprar regalos o ropa. Por ahí después hago lo que se me canta, pero me gusta tener otras opiniones.
­Hablando de novios, ¿qué pasa en ese tema?
­Ahora no tengo. En enero rompí con Nicolás Michanie. Pero me inventan permanentemente romances con mis compañeros de la novela: Diego Díaz, Iván González. Nada que ver. Somos compañeros de trabajo.
­¿Diego Díaz no te gusta, por ejemplo?
­Es buen mozo. Pero de ahí a que me lo enchufen como novio... ¿me entendés?
­¿Y tu papá qué dice?
­A mi papá no lo veo desde que era bebé. Desde que tenía un año y medio. Mi papá se llama Bernt, y es austríaco, pero ahora vive en Suecia, donde es instructor de esquí. Recién hace un año empecé a tomar contacto con él. Por carta.
­¿Sabe que sos modelo?
­Sabe, sí, sabe. Tampoco le dije que soy re-famosa. No le mandé ninguna revista donde aparecí tampoco. Le mandé fotos mías caseras, que me vea así, fresca. Cuando no es época de esquí, él tiene una empresa de caviar, que exportan a todo el mundo. Me dice que vaya para mis vacaciones de invierno, que allá es verano. Pero, bueno, no puedo ir, porque ahora estoy grabando la novela 90-60-90.
­¿Creés que ese "no papá" te marcó en algo?
­No, porque desde chica me hice así. Es alguien a quien nunca conocí. Nada. Nunca lo extrañé tampoco, porque nunca estuvo. Ni para un cumpleaños, ni para una fiesta en el colegio. Aparte, tengo muy buena onda con el papá de mi hermana. Mi curiosidad por conocerlo es por saber cómo es el que me dio la mitad de mis rasgos...
­Decime, Nicole, ¿cómo transcurre un día tuyo?
­A la mañana voy al Master College, aquí en Belgrano. Estoy haciendo tercer año de bachillerato. Hasta primer año fui a un colegio bilingüe, el Andersen, mañana y tarde, pero dije "Basta" porque no tenía tiempo. El año pasado fue el primer año sin bilingüe, pero una vez a la semana hacía un intensivo de inglés, para no perder el idioma. Venían a mi casa. Este año no puedo meter el inglés por ningún lado.

"Vivo en una burbuja total. No me entero de las cosas..."

­¿Por qué vas a la psicóloga?
­En realidad, hace dos años y medio empecé con una psicóloga. Después me cambié a una psicoanalista. ¿Por qué? Empecé a ir por mi terrible miedo al avión. Después seguí por todo lo demás. Hasta ahora.
­Hablaste de clases de teatro. ¿Qué es eso?
­Dos días a la semana, los miércoles y viernes de 9 a 10 de la noche, estudio teatro con Raúl Serrano. Es un tocazo el viaje hasta San Telmo. Pero voy con radiotaxi.
­¿Pensás ser actriz?
­Se me dio la oportunidad de hacer tevé y me copó la idea. Y si voy a hacer la telenovela durante todo el año, tengo que perfeccionarme. Yo soy muy autoexigente. Para todo. Quiero tener ciertas técnicas. Pero no apunto a ser actriz. Lo mío es ser modelo, e irme a Europa y todo eso.
­¿Y en qué momento estudiás para tu secundario?
­Y... estudio en algún momento libre. Qué sé yo... a la noche. O en los recreos (risas). Estudio porque no me gustaría en verano andar rindiendo nada. ¿Buena alumna? Sí, soy buena alumna. No soy la mejor, ni la más traga. Pero si tengo un examen, por ejemplo, me levanto una o dos horas antes, leo el tema un par de veces y me queda mucho. Y me queda también de las clases. Matemáticas es lo que menos me gusta, porque se necesita mucha práctica, y no tengo tiempo para andar haciendo eso. Nunca me llevé una materia.
­¿No será que estás un poco acomodada en el colegio?
­No, para nada. ¡Ni a palos! Me tratan como a una alumna más, y jamás aceptaron, por ejemplo, que me saquen fotos en el colegio.
­¿Tus compañeras qué dicen? ¿Te admiran? ¿Te tienen envidia? ¿Cómo es la convivencia?
­Mi colegio es mixto. En mi aula somos 22, y yo creo que mis compañeros me ven como a una chica normal. No sé qué pasará en el otro curso, porque son medio cerrados los cursos. Por ahí me llegan cosas que dicen de mí. Por ejemplo, que estoy agrandadita, que soy una mandaparte, y todas esas cosas.
­¿Y es verdad? ¿Estás agrandadita?
­Agrandadita, no. Para nada. Jamás tuve la sensación de sentirme más por ser modelo. A veces la gente piensa que soy antipática. Lo que pasa es que soy bastante tímida, y como que me recluyo. Cuando entro a un boliche y me gritan cosas, me da vergüenza y digo: "No, please, me da vergüenza". Ya sea que me griten cosas lindas o que me digan "péndex agrandada" o "concheta". Yo sólo me transformo cuando tengo una cámara o una filmadora adelante.
­¿Qué cosas del país te conmovieron últimamente?
­No sé qué decirte del país... no me interesa para nada la política ni la economía. Te voy a confesar: yo vivo en una burbuja total. No tengo idea de nada. No me entero de las cosas que pasan en mi ambiente, no veo tevé, salvo mis programas cuando me los graban, jamás veo un desfile, nadie me enseñó a caminar. Hago mi trabajo porque me gusta. Me divierte sacarme fotos y desfilar. Pero nada más.
­¿Cómo se puede vivir en una burbuja a los 15 años?
­Yo vivo así. A veces voy a los recitales de Diego Torres o de Emanuel Ortega porque me copan. Voy a los lugares si me divierten. Si no, prefiero hablar por teléfono con mis amigas, o ir con ellas a bailar a El Cielo. Salsa, marcha, esas cosas.
­¿No creés, Nicole, que quemaste etapas demasiado rápido?
­¿Que quemé etapas? No, no. Yo siempre actué como me salió, como tuve ganas. Nunca me esforcé por ser más grande.