Está creciendo a pasos agigantados. La adolescente va quedando atrás para dejar lugar a una verdadera mujer. Con apenas 18 años, Nicole Neumann ya maneja su vida prácticamente con total libertad. En poco tiempo se compró casa y auto propios y hoy en día piensa seriamente en una carrera de modelo a nivel internacional. El año pasado vivió en París con quien entonces era su novio, Adrián Barbini, para comenzar a tejer una trayectoria en el mundo de la moda europea. Ya tiene planificado viajar con su hermana Geraldine y una amiga a Nueva York para presentarse a distintas agencias, además de pasar por Austria y Suecia para visitar a su familia paterna. Creo que Estados Unidos es un mercado más para mí. En París siguen con esa onda andrógina, sin formas, mientras que en Estados Unidos está volviendo la onda más pulposa, más mujer. No tan escarbadientes. Y yo no pienso matarme y dejar de comer,por eso creo que en Nueva York me va a ir mejor, asegura. La mannequin paso un fin de semana en Las Leñas, invitada por Motorola. Instalada en el hotel Piscis, Nicole aprovechó su estadía para aprender a hacer snowboard, al tiempo que planificó los próximos pasos a dar en su profesión.

-¿Busca nuevos horizontes porque el mercado argentino le está quedando chico?

-Sí, porque en la Argentina llegás a un punto en que mucho más no podes crecer. Además es bueno como experiencia y porque ya que tengo la oportunidad, hago el intento. Soy joven y tengo que probar ahora porque el día que me case y tenga hijos me voy a tener que quedar acá sí o sí.

-En poco tiempo tuvo casa, auto, viaja sola... ¿Se está independizando definitivamente?

-Sí, soy una mujer independiente. Aunque en realidad siempre lo fui. En el verano me alquilé una casa con mi ex novio y después me fui a vivir con él a París. Al regresar a Buenos Aires no quería volver a vivir con mi mamá. Ahí decidí comprarme mi casa.

-Es decir, está dejando de ser una adolescente para convertirse en una mujer que se hace cargo de sus cosas.

-Hace rato que me hago cargo de mis cosas, aun cuando vivía con mi mamá. Me mantengo yo, decido muchas cosas sobre mí porque sé que no me gusta que me manden a hacer cosas que no quiero. Pero ahora logré totalmente esa independencia porque vivo sola, entro y salgo a la hora que quiero, pongo la música al volumen que me gusta y no tengo a nadie diciéndome nada. Eso es bastante bueno porque encontré un lugar para mí misma. Vuelvo ami casa, tranquila, si quiero contesto el teléfono, sino, no; miro lo que quiero en la tele hasta la hora que se me ocurre.

-Ahora que hace dos meses que está sin pareja, ¿disfruta de la soledad?

-Me sirvió muchísimo estar todo este tiempo sola. Porque me encontré más a mí misma. Siempre fui de estar mucho de novia. De golpe, me quedé sola. Ahí me di cuenta de que no necesito una pared al lado para sostenerme.

-Descubrió también el gusto por la diversión sin estar de novia?

-Estos dos meses disfruté a pleno de mis amigas y me divertí muchísimo con ellas, como pocas veces. Estando en pareja podés compartir bastantepoco con tus amigas. En cambio, ahora mis amigas me llaman a las tres de la mañana y me dicen: “Estamos en Tequila” y agarro el auto y voy.

-¿Es más sexy ahora que antes cuando estaba de novia?

-Sí, porque cuando estás en pareja no te cuidás tanto porque tenés a tu amor al lado. Cuando salís sola te producís de otra manera: más escote, minifalda.

-¿Cómo es su ideal de hombre? (ATENCION!!)

-En lo exterior, no tengo un ideal. A mí me pasa que saludo a alguien y siento ese feeling que me hace decir: “De esta persona me voy a enamorar”. Y por lo general las características típicas son: carácter fuerte, protectores, simpáticos, inteligentes, obviamente.

-¿Con qué la seduce un pretendiente?

-A mí me gusta que se tome todo un trabajo. Me encanta que se haga desear: que me mande flores y no me llame en una semana. Por otro lado, odio a los pesados que te insisten cuando se ve que vos no tenés ganas de estar con él.

-¿Cómo imagina su casamiento?

-Ya sé como va a ser, no me lo imagino. Va a ser en la playa, bien puro, vestido retranquilo porque odio los vestidos que te hacen parecer un merengue, pelo bien natural, suelto, con algunas florcitas, nada de tul ni corona, cero maquillaje. Va a haber banquitos cerca del mar, con velas y yo con mi marido vamos a llegar montando a caballo o en una carreta tirada por caballos. Solamente falta el príncipe.